Las cirugías bariátricas son aquellas que se hacen con el fin de ayudar a perder peso. Si bien no está recomendada para todos los pacientes obesos, es una muy buena opción para aquellos en los que han fallado otros métodos para descenso de peso, o en quienes tienen otras condiciones médicas relacionadas con la obesidad, como ser hipertensión arterial, niveles elevados de colesterol, diabetes, apneas del sueño, etc.
Para categorizar a una persona como obesa hay que calcular el índice de masa corporal (IMC) que se mide dividiendo el peso sobre la altura al cuadrado (medida en metros). Un valor de 25 a 29,9 es considerado sobrepeso, y 30 ó más obesidad.
¿En quiénes está indicada la cirugía bariátrica?
En aquellos pacientes con IMC por encima de 40, o con IMC por encima de 30-35 pero con problemas médicos relacionados a la obesidad (diabetes, hipertensión arterial, colesterol elevado, apneas del sueño).
La Ley de Obesidad contempla la cobertura de este tipo de cirugías por parte de las obras sociales y prepagas. Estas en general exigen determinados requerimientos para aceptar la cirugía, entre ellos, tratamientos previos para la obesidad que hayan fracasado (cambios en el estilo de vida, con seguimiento por nutricionista y descenso de peso, con posterior recaída), edad límite y problemas médicos relacionados a la obesidad.
¿Cómo es la preparación previa a la cirugía?
Previo a la cirugía se necesita una evaluación por varios especialistas (clínicos, nutricionistas, psicólogos y el cirujano que realizará el procedimiento) que puede incluir un tratamiento de varias semanas o meses. Es necesario un descenso de peso previo a la cirugía, y adiestrar al paciente en cuanto a su nutrición posterior a la misma, con apoyo psicológico durante todo el proceso para sobrellevar el estrés y ayudar en los cambios de estilo de vida, además de estudios clínicos para evaluar el estado de salud.
